José Manuel Negro/ rtvcyl.es
Ya sabemos que con nieve o hielo es mejor quedarse en casa, pero si hay que viajar hacerlo con la carretera limpia es una garantía.
Hasta ahora estábamos acostumbrados a ver la imagen de máquinas esparciendo sal o salmuera para hacer más fácil el camino. Sin embargo el cambio viene ahora con aspersores automáticos para evitar el hielo. No es ciencia ficción. Sólo hace falta coger la autovía a Cantabria para verlo. Los responsables de conservación de esta carretera explican que los aspersores se activan automáticamente cuando la estación meteorológica detecta las bajas temperaturas y, por lo tanto, el peligro de que se forme hielo en la calzada.
El dispositivo milagro está instalado en los 6 viaductos de la A 67, justo donde las bajas temperaturas hacen estragos en invierno. Con esta inovación tecnológica, controlada automáticamente, Santander no está más cerca, pero su acceso sí parece más seguro.