Las 1.600 farmacias de Castilla y León se convierten en puntos de detección y ayuda antes los signos de violencia machista. Con especial atención a las que se sitúan en el ámbito un rural: más de un 60 por ciento. Sus trabajadores ya han recibido formación de la Consejería de Familia de la Junta.
La otra medida nos lleva hasta el mundo laboral. El sindicato CSIF ha creado una figura a nivel nacional para que conozca los protocolos ante un caso de violencia de género. Las víctimas tienen derecho a la movilidad laboral y a no aparecer en listados de la empresa pública. Le piden al Gobierno que reconozca esta figura sindical y la haga extensiva tanto a empresas privadas como públicas.