Una vez finalizada la formación de los MIR, la Junta de Castilla y León ha ofrecido contratos a todos los médicos residentes. De las 450 plazas ofertadas, únicamente 112 han aceptado. Solo el 25% de las 170 plazas de medicina familiar se quedará en Castilla y León. En el ámbito hospitalario ocurre lo mismo. El 75% de los MIR han decidido rechazar el contrato y marcharse a otras comunidades.

La demanda del MIR es un termómetro para conocer el prestigio de los diferentes servicios sanitarios en la comunidad. Salamanca ha vuelto a destacar en Hematología y Cardiología que agotaron sus plazas antes de llegar a los 500 mejores. Pero, ¿qué pasa luego? Muchos se forman aquí pero luego no se quedan al acabar la residencia. Aseguran que faltan ofertas laborales que den cierta estabilidad.

David González es cacereño, estudió Medicina en Salamanca y no tuvo dudas: quería hacer el MIR en Cardiología, uno de los servicios punteros del complejo salmantino. Una vez terminados sus años de residencia, lo que le ofrecen es un contrato de verano hasta final de octubre.

Enfrente, hay otras comunidades, asegura, que ofrecen contratos más amplios. Por eso, muchos MIR deciden irse al acabar su etapa en Castilla y León. Lamenta la pérdida así de conocimiento y calidad asistencial de personas formadas en servicios muy reconocidos.

A él le gustaría desarrollar su carrera como cardiólogo en Salamanca, aunque de momento solo tiene contrato hasta noviembre.