Las siglas PCR se han convertido en una de las referencias constantes en la pandemia. Requieren personal formado, tecnología muy costosa y reactivos específicos. La falta de estos reactivos en Salamanca y Valladolid ha impedido durante unos días poder hacer pruebas.

Reacción en cadena de la polimerasa, es la expresión que se oculta detrás de las pruebas PCR, un proceso de diagnóstico rutinario en laboratorios y hospitales pero bastante complicado. Primero se extrae una muestra biológica que se somete a un complejo proceso. Los reactivos son una parte fundamental y necesaria a lo largo de todo el proceso. Muchos, muy específicos y muy caros. En cuanto falta uno, la cadena se rompe.
 
 Otra duda sobre los PCR es por qué hay falsos negativos. Se puede haber alterado la muestra o, a pesar de su alta sensibiidad, que la enfermedad aún no se haya manifestado lo suficiente.

Los equipos más avanzados de PCR superan los 30.000 euros. Por eso, es todo un lujo parar en este momento en el que las pruebas son una herramienta básica.