Cristina Calvo
Pagar con tarjeta, con el móvil o incluso con el reloj es un gesto cada vez más habitual en los comercios. Los pagos digitales continúan ganando peso y se imponen incluso en actividades con importes reducidos, como la alimentación básica o los quioscos, donde hasta hace poco el efectivo era mayoritario.
Cada vez se lleva menos dinero en metálico encima y las cifras lo confirman. En Ávila, los pagos con dispositivos han aumentado un 135% en lo que va de 2025, mientras que en Zamora capital el incremento ha sido del 88%, situándose como una de las ciudades donde más crece este tipo de pago.
Una tendencia que refleja cómo lo digital se va imponiendo también a la hora de hacer las compras cotidianas, cambiando los hábitos de consumo y la forma de pagar en los establecimientos.