En Navidad las compras se disparan y con ellas la presión sobre los bolsillos de los consumidores. En pocos días se concentran gastos como regalos, comidas o viajes, lo que lleva a muchos usuarios a plantearse la opción de financiar sus compras. Existen distintas fórmulas para hacerlo, aunque la más habitual sigue siendo la tarjeta de crédito, una opción mayoritaria pero no siempre la más adecuada. Otros consumidores optan por solicitar directamente un préstamo.
La escena se repite cada año: comercios llenos y un fuerte incremento del consumo. “Para este año nuestro cálculo ronda los 900 euros aproximadamente, teniendo en cuenta todo: regalos, comidas y posibles viajes”, explica Estefanía González, portavoz de Kelisto.es.
Ante este volumen de gasto, algunos consumidores recurren a la financiación. “Financiar en el punto de venta suele ser más económico. En las tarjetas de crédito hay muchas diferencias y la opción que debemos descartar son los minicréditos, porque los tipos de interés son de cinco o seis dígitos”, advierte Antonio Luis Gallardo, responsable de estudios de ASUFIN.
Aunque la tarjeta de crédito es la fórmula más utilizada, no siempre es la más conveniente. “Es el triple de caro, en materia de intereses, que si utilizamos un préstamo personal, que es otra forma de financiación muy habitual, pero en la que normalmente no pensamos para este tipo de operaciones”, señala González.
Si finalmente se opta por la tarjeta de crédito, los expertos recomiendan extremar la precaución. “La regla máxima es huir de las cuotas mínimas, procurar cuotas más altas y, si es posible, fraccionar una compra grande en cantidades que sepamos que podemos asumir, por ejemplo desde enero hasta junio”, explica Gallardo.
Por todo ello, antes de llegar a épocas especialmente delicadas para las finanzas personales, los expertos insisten en la importancia de la planificación y de elaborar un presupuesto realista, que permita elegir la opción de financiación más adecuada en caso de necesidad.