Quienes circulaban por la carretera se detenían impactados por lo que estaban viendo: una enorme columna de humo que desde media tarde del sábado emanaba de la fábrica de Embutidos Rodríguez ,que estaba siendo devorada por las llamas. Algunos trabajadores salvaban lo que podían.

"Los que somos camioneros hemos sacado todos los camiones por si acaso. Lo que pueda moverse lo sacamos, pero poco más".

Era la impotencia de los operarios por lo poco o nada que podían hacer, muy preocupados por su sustento y el de muchos en Soto de la Vega y La Bañeza.

Asistían con desesperación a cómo pasaban las horas y apenas menguaba la magnitud del incendio a pesar de los esfuerzos de los bomberos de La Bañeza auxiliados por un equipo de León. Algunos bomberos leoneses acudían a ayudar a aunque se encontraban fuera de servicio.

Toda ayuda era poca en la tarde de un sábado que muchos tardarán en olvidar.