Dos ingenieros palentinos han diseñado un concentrador solar parabólico, una especie de lupa gigante capaz de transformar los rayos del sol en energía térmica para la calefacción, el aire acondicionado o la electricidad de cualquier instalación y aprovechar al máximo las horas solares.
Se trata de Pedro Pérez y Antonio Román, socios de la firma palentina Energías Melgar, que tiene su sede en Amusco (Palencia), y que han dedicado los tres últimos años a desarrollar, con tecnología aeronáutica, una estructura de fibra capaz de atrapar todos los rayos del sol.
Es "una lupa gigante" que recibe los rayos solares de frente y los concentra sobre un tubo cubierto por un cristal que atrapa el calor y hace de circuito primario que transforma la energía del sol en energía térmica, ha explicado Pedro Pérez.
"Una energía térmica que además es muy superior a la que se alcanza con las placas solares", ha aclarado.
Además cuando más rinde esta enorme parábola es en pleno verano, precisamente cuando cae la rentabilidad de otras energías, porque la estructura es móvil y tiene forma cóncava, lo que le permite aprovechar al máximo las horas de sol y no saturarse ni estropearse, ha explicado el ingeniero.
"Cuando el calor almacenado es suficiente la parábola se pone bocabajo, se desorienta y no da problemas", ha precisado Román.
Pero la mayor ventaja de este dispositivo, construido básicamente con fibras, acero inoxidable y enormes espejos de plata o de aluminio, es que "sus aplicaciones son casi infinitas".
"Se puede aplicar a cualquier sector y a cualquier cosa que necesite energía y parta de una energía calorífica", han subrayado los socios.
Es decir, sirve para alimentar la calefacción, el agua caliente, el aire acondicionado o la electricidad, en multitud de sectores, ya sean viviendas unifamiliares, urbanizaciones, comunidades, edificios públicos o a nivel industrial, han agregado.
Si se utiliza para calefacción y agua caliente el tiempo de uso puede rondar los 10 meses al año, y si se combina con grupos de absorción, la energía solar se convierte en frío y puede alimentar el sistema de aire acondicionado, aunque también puede utilizarse para generar electricidad, por medio de motores Stirling.
A efectos prácticos, un chalet que usase el concentrador solar parabólico para el aire acondicionado, la calefacción y el agua caliente, podría ahorrar un 75 por ciento de energía al año con cuatro parábolas pequeñas cuyo coste se amortizaría en seis años sin ningún tipo de subvención.
Sin embargo para producir energía eléctrica la instalación resultaría muy cara en viviendas unifamiliares pero "sería muy rentable a nivel industrial o en grandes urbanizaciones", han precisado.
Una vez comprobado el éxito del prototipo, el reto pasa por lograr la financiación necesaria para fabricarlo y hacerlo en dos tamaños para dar respuesta a las necesidades grandes y pequeñas, desde viviendas unifamiliares hasta grandes edificios, piscinas climatizadas, oficinas, empresas y todo tipo de superficies que necesiten grandes instalaciones de frío o de calor.