Hay 70,000 personas en Castilla y León con licencia de pesca que no entienden la prohibición de esta actividad en los rios, pero que sí se pueda pasear en el entorno o prácticar otros deportes en el agua.
Aseguran que precisamente la pesca ya implica una distancia entre las personas por eso no supondría un riesgo de contagio del virus.

Además la orden ministerial no fue clara y en Galicia por ejemplo se pudo pescar cuatro días y se prohibió nuevamente. Un agravio comparativo que genera también consecuencias en los ecosistemas.

Han recurrido al Constitucional y sino dice lo contrario la temporada de truchas o barbos no abrirá hasta que alcancemos esa fase 2.