ACTO DE CONMEMORACIÓN DEL 23-F

Bono pide a los políticos 'que se lleven lo mejor posible'

Landelino Lavilla, el entonces presidente del Congreso, admite que algo no se ha debido hacer bien para que surjan problemas que estaban encauzados hace treinta años.

EUROPA PRESS / Madrid

El presidente del Congreso, José Bono, ha aprovechado su discurso en el trigésimo aniversario de la intentona golpista del 23-F de 1981 para pedir a los políticos actuales "llevarse lo mejor posible" y para denostar las críticas "horribles" que la oposición de entonces, especialmente el PSOE, dedicaba al presidente del Gobierno de aquel momento, Adolfo Suárez.

Bono reunió este miércoles en el salón de Pleno del Congreso, treinta años después de la irrupción del teniente coronel Tejero y sus guardias civiles, a 144 diputados de aquella primera legislatura junto con periodistas del momento y parlamentarios de la actualidad, como el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy, ambos juntos en el banco azul del hemiciclo.

En su discurso, Bono tuvo palabras de recuerdo personalizadas para periodistas, ujieres, letrados y políticos de aquella tarde-noche de 1981 en la que él ocupaba la Secretaría Cuarta de la Mesa del Congreso.

La contribución del Rey

Destacó la contribución del Rey al fracaso del golpe de Estado --"Esa noche hizo por la Monarquía más que todos sus antepasados juntos", resumió--, así como la entereza y el valor del vicepresidente militar, el general Manuel Gutiérrez Mellado, y del candidato a la investidura, Leopoldo Calvo Sotelo.

Pero quiso detenerse en Adolfo Suárez, a quien considera "la figura principal" del recuerdo y que en su opinión fue objeto de críticas "inmisericordes" y "horribles" por parte de la prensa, sus adversarios, sus correligionarios "y otros personajes muy destacados". "No lo hago para sonreir", replicó cuando alguien comentaba sus palabras desde la bancada socialista.

Por todo ello, pidió a todos los políticos reunidos asumir "otra enseñanza que nace del 23-F" y es la necesidad de aplicar la "sencilla, provechosa y benéfica regla" de llevarse lo mejor posible. "El gran protagonista fue el pueblo español, al que representamos y al que haríamos muy bien en imitar", concluyó.

Deplorable espectáculo

Por su parte, Landelino Lavilla, que era presidente del Congreso durante la asonada, ha recordado los momentos de "zozobra" de aquel día, un acontecimiento que sirvió para "enriquecer la propia estimación de la libertad y de la democracia, que entonces estaba "en peligro". Tras destacar el "temple y la serena dignidad" de los miembros de la Cámara, ha recalcado que "no fueron los ofendidos sino los ofensores los que dieron el deplorable espectáculo de aquella tarde".

Según ha añadido, "han pasado 30 años y cuando ciertos problemas reaparecen y acucian, nunca faltan los que creyéndose agudos y sagaces analistas advierten 'algo se debió hacer mal entonces cuando esto acaece hoy'". "Han pasado 30 años y probablemente algo no se ha hecho como se debió hacer durante ese tiempo para que aparezcan hoy problemas que, tal y como estaban encauzadas las cosas hace 30 años, quizá no tendrían que haber aparecido o haberse manifestado en los términos en que se manifiestan", ha enfatizado.

Lavilla ha criticado que esas "fuerzas oscuras" pretendieran "cuestionar y hasta borrar ese nudo de convivencia que llamamos democracia". Frente a esas fuerzas, ha proseguido, formaron entonces y seguirán formando una muralla "los valores constitucionales y las instituciones democráticas". "Debemos celebrar los momentos de ilusión y aquellos en lo que el futuro se nos presenta despejado", ha concluido.

Zapatero y Rajoy comparten el banco azul

El protocolo sentó juntos en el banco azul del Gobierno a Zapatero y a Rajoy, que intercambiaron comentarios durante los discursos de Lavilla y de Bono. Eso sí, al terminar el acto cada uno salió por su lado sin saludarse.

Tras los discursos, los asistentes a esta cita se han dirigido a las escalinatas de la Puerta de los Leones del Congreso para tomarse la habitual foto de familia, en cuyo centro se ha situado Bono, flanqueado por Zapatero y Rajoy, acompañados tanto de los actuales miembros de la Mesa del Congreso como de los que entonces.

En esa instantánea no ha salido retratado, sin embargo, el presidente fundador del PP y ex líder UCD, Manuel Fraga, quien ha llegado tarde a este momento por tener que salir por una puerta distinta al resto de invitados al tener que desplazarse en silla de ruedas.

En la foto se podía ver a diputados de 1981 que aún siguen en activo, como el vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves; los diputados Alfonso Guerra, José María Benegas y Juan Barranco, del PSOE, y Soledad Becerril, ahora en el PP; el actual eurodiputado del PP Jaime Mayor Oreja, y el actual secretario general de UGT, Cándido Méndez, entonces diputado socialista por Jaén.

Otros invitados de renombre, actualmente fuera de la primera línea de confrontación política, son el ex presidente socialista Felipe González; entonces centrista Manuel Núñez, hoy al frente del Tribunal de Cuentas; el ex defensor del Pueblo Enrique Múgica y el ex presidente extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra.

Entre los retirados de la vida política destacan el sindicalista Nicolás Redondo (UGT); el nacionalista Miquel Roca (CiU), el andalucista Alejandro Rojas Marcos, el centrista Rafael Arias Salgado y los socialistas Carlos Solchaga, Gregorio Peces Barba y Manuel Marín (estos dos últimos presidieron la Cámara años después).

Los diputados de entonces han compartido escaño con los actuales, alguno de los cuales no había nacido en febrero de 1981. Hubo representación de PNV, CiU, IU-ICV, BNG, CC, UPyD y UPN, pero en cambio reclinaron asistir los diputados de Esquerra Republicana.

Blas Piñar, fuera de la convocatoria

Pese a ser diputados en 1981 quedaron fuera de la lista Blas Piñar, el histórico líder de la ultraderechista Fuerza Nueva; el nacionalista Macià Alavedra, entonces diputado de CiU y ahora imputado en el caso Pretoria; y el socialista navarro Gabriel Urralburu, condenado en su día por malversación de fondos públicos en la trama navarra del 'caso Roldán'.

En cambio, Bono ha querido invitar también a los actuales responsables militares y policiales, en contraste con sus malos representantes de 1981. Entre otros han acudido el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, general José Julio Rodríguez, y el director general de la Policía y de la Guardia Civil, Francisco Javier Velázquez.

En esta conmemoración del trigésimo aniversario del 23-F también estuvieron presentes destacados periodistas que informaron de la fracasada intentona golpistas. Entre ellos se encontraban el realizador de televisión que retransmitió los hechos, José Marín, el fotógrafo que tomó la imagen más conocida de aquel día, Manolo Barriopedro, y el conocido locutor radiofónico José María García.

Los tres han coincidido en subrayar la "chapuza" que supuso el intento de golpe de Estado y a recordar las enormes dificultades que encontraron para poder informar de los que ocurría en el Palacio del Congreso. Pese a todo, todos destacan que, pese a la preocupación de lo que sucedía, no dudaron nunca en seguir haciendo "estoicamente" su trabajo, en palabras de García.