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Drogadicción y suicidio: El caso de Amy Winehouse

Castilla y León Televisión

La psicóloga Begoña Díez habla esta semana de la drogadicción y del suicidio casi once años después de que la artista Amy Winehouse decidiera quitarse la vida. Analizamos su historia, los desencadenantes y precipitadores.

Amy llega a una familia "poco afectiva" y eso "genera una dificultad a la hora de tener apego a las personas y al mundo, porque al final ese vínculo que establecemos con nuestros padres es el vínculo que vamos a establecer con casi todo el mundo", explica la psicóloga. Su padre mantenía una relación en paralelo mientras estaba con la madre, hasta que a los nueve años se separan definitivamente y ahí Amy comienza a fumar marihuana, un hecho que "marca la falta de control que tenía la madre sobre la hija".

A partir de ese momento es "un suma y sigue". Amy mantuvo "relaciones muy destructivas, con personas narcisistas y con rasgos muy agresivos". Como dice Díez, buscaba "un patrón muy protector, pero que al final lo que hace es asfixiarte y maltratarte".

Con los años, la marihuana se sumó a otra serie de drogas y al exceso de alcohol y "en esos momentos no eres capaz ni muy consciente de tomar el control si no tienes una red alrededor que se hace cargo", dice Begoña.