A pesar del confinamiento y de las innumerables restricciones, el año pasado se produjo un número considerable de robos en el campo. Las cifras disminuyeron un 14 % respecto a 2019, aun así, a nivel nacional se produjeron más de 8.000 sustracciones en explotaciones agrícolas. En Castilla y León fueron 650 lo que supone una media de dos robos al día de los casos que se denunciaron oficialmente.

Notificarlo a la Guardia Civil es imprescindible. En España se esclarecen algo menos del 18 por ciento de los robos en el campo. En Castilla y León la cifra es superior porque se resuelven más del 21 por ciento de esos delitos.

Un ejemplo de estos robos lo encontramos en José Ignacio Burgueño, agricultor del Valle del Esgueva de Valladolid. Le robaron, entre otras muchas cosas, un compresor de aire, un equipo de soldadura eléctrica, dos radiales, dos taladros y un cargador de batería. Lo hicieron reventando la cerradura de su nave. Fue en noviembre, en plena pandemia y en cuestión de media hora se llevaron casi todo.

Otro ejemplo es el de Víctor Manuel Rodríguez, agricultor y ganadero de Traspinedo en Valladolid. Él  ha perdido la cuenta de las veces que le han robado en los últimos diez años. "Me he llegado a quedar un mes entero durmiendo en una casita que tiene la nave para que no se lo llevaran", asegura. "En las campañas de Navidad nos roban lechazos, a lo mejor en mayo, ovejas y luego cuando empezamos la campaña de riego suelen llevarse baterías y  gasóleo", lamenta.

En la zona del Valle del Esgueva los asaltos son constantes y los afectados siempre denuncian porque aseguran que sirve de mucho.