Segovia

Laguna Rodrigo

Laguna Rodrigo
LAGUNARODRIGO

Laguna Rodrigo, en la provincia de Segovia, es una pequeña pedanía de Santa María la Real de Nieva ubicada en la Campiña Segoviana a unos 40 km, aproximadamente, de Segovia.

La fundación del pueblo data del siglo XII, cuando se procedió a la repoblación del bajo Duero tras la toma de Toledo. Desde sus orígenes, la majestuosa Laguna de unas 25 hectáreas ha determinado el porvenir del pueblo. Así, en su fundación se hizo necesario custodiar el acceso al agua de los habitantes de poblaciones limítrofes.

En el siglo XV, la cercanía del pueblo al cordel (tan sólo 4 kilómetros) conllevó un resurgir en el mismo, siendo de esta época la iglesia actual del pueblo y muchas de sus obras de arte. Entre estas obras destaca claramente el Santo Cristo de la Columna, el cual es sacado en procesión el domingo de la Trinidad y cuenta con muchos fieles y devotos. Como curiosidad y diferencia respecto a otros pueblos, la iglesia se encuentra separada unos 150 metros del pueblo, en un alto, posiblemente para servir como lugar de refugio en caso de inundaciones. No obstante, restos en las tierras de cultivo muestran cómo probablemente llegó a haber viviendas hasta la iglesia. Los más ancianos del lugar hablan de que un posible incendio pudo quemar esa parte del pueblo. Sin embargo, ellos no habrían llegado a vivirlo.

Desde la Edad Media y hasta 1950, aproximadamente, la población del pueblo se mantuvo en torno a los 350 habitantes. Sin embargo, la revolución agrícola a partir de los años 70 hizo que sufriera una exposición demográfica y desde entonces la población oscila entre 30 y 40 habitantes, llegándose a multiplicar por cinco en los meses estivales.

Cuentan las leyendas que el pueblo debe su nombre, en primer lugar, a su Laguna y la palabra Rodrigo haría referencia al Cid Campeador (Rodrigo Díaz de Vivar), que en sus destierros por las tierras de Castilla guardaba sus caballos en Paradinas para venir a bañarlos y ‘sanarlos’ a Laguna, pues al llevar en disolución una gran cantidad de salmuera, las aguas tendrían una concentración elevada de sales y los caballos curarían así sus heridas.

El pueblo cuenta desde hace una década, aproximadamente, con el grupo de folclore “La Peana” que año tras año organiza un festival nacional en el mes de agosto.

Entre sus fiestas religiosas destacan las Águedas, el Santo Cristo de la Columna y la Exaltación de la Santa Cruz.

La Asociación Cultural Espíritu Lagunero organiza actividades a lo largo de todo el año como la matanza popular y, especialmente, la semana cultural, donde hay actividades de todo tipo: deportes, pintura, exhibiciones, concurso de relatos, teatros de las mujeres del pueblo, etc. Durante esta semana cultural también se realiza una celebración religiosa en el Cerro de las Cabezuelas, una zona natural característica del pueblo.

La pandemia en el año 2020 ha obligado a cancelar todos los eventos y en memoria a todos los mayores y los afectados por el COVID-19 se ha pintado un mural en las antiguas escuelas del pueblo. En él se pueden observar diferentes útiles de labranza que se usaban antes de la revolución tecnológica-agraria.

El agua siempre ha estado ligada a la historia del pueblo y actualmente cuenta con un caño al que vienen a por agua vecinos de todos los pueblos colindantes.

El mayor valor paisajístico del pueblo reside en su laguna: 25 hectáreas de humedal, destino obligado y necesario para muchas aves a lo largo de sus viajes migratorios. Millones de aves la visitan cada año: anades, garzas, cigüeñas, cigüeñuelas…desde las noches de febrero a agosto el canto de los patos y ranas por la noche es lo único que rompe la paz del silencio de la estepa. Cada amanecer y anochecer el cielo nos regala estampas increíbles con su reflejo sobre el agua.

Esta laguna recoge el agua de las lluvias, por lo que es estacional y permanece con agua aproximadamente un tercio del año. El resto del año sólo mantiene con agua el molino situado en su parte más alejada del pueblo.