Las viñas requieren mimos todo el año: de vendimia a vendimia piden varias podas, repasos y tratamientos varios. Demasiado trabajo para que un pedrisco o una helada tiren todo al traste.
Contratar una póliza cuesta unos 180 euros por hectárea al año y la media de pago es de 76 céntimos por kilo de uva, aunque hay variables.