Lejos de la creencia, quizá más extendida, ser un niño superdotado no es sinónimo, ni mucho menos, de éxito académico. Según la Organización Mundial de la Salud, el 2% de la población tiene Altas Capacidades, pero en las aulas se detectan muy pocos casos. En Castilla y León el 0,3%. Son 1.100 niños que necesitan medidas de apoyo educativo. Pero hay otros 5.700 que quedan sin identificar. Esta falta de diagnóstico es común en toda España.

Un niño con altas capacidades, no siempre sinónimo de alumno brillante. Viven la situación del aula, a veces con ansiedad, con frustración y con fracaso escolar en algunos casos. Por eso, necesitan un apoyo educativo en las aulas, que es insuficiente según las familias, igual que los alumnos con menos capacidades. Los expertos afirman que el agravio "es total, no se les da un apoyo extracurricular para que puedan desarrollar sus capacidades".

Los padres reclaman más formación de los docentes para la detección precoz de las altas capacidades. Antes había un equipo psicopedagógico, y multidisciplinar, de expertos en diagnóstico y tratamiento en altas capacidades. Ahora los equipos son generalistas, "hay más dificultad ahora en hacer diagnóstico ajustado".

Según pasan los cursos, una mayoría intenta pasar desapercibida. En la universidad tienen identificados menos casos de los que hay a pesar de ofrecer apoyo educativo. En Bachillerato solo está reconocido el 20% de los alumnos con altas capacidades que estudian la ESO.

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