ECONOMÍA

Cambian las tornas: Madrid se vuelve una comunidad emigrante y Castilla y León una receptora

En el primer semestre del año llegaron a Castilla y León más vecinos procedentes de Madrid que los que se fueron a la capital en el mismo periodo

Lidia Corral

La pandemia, no sabemos por cuánto tiempo, ha cambiado las tornas: Madrid ahora es una comunidad emigrante y Castilla y León una receptora. Y sobre todo dos provincias, Ávila y Segovia.

Y gracias a este movimiento interior, el padrón se ha visto beneficiado en estas dos provincias. Ávila ha ganado 757 habitantes. La otra ha sido Segovia, que sumó 185. Pero no es un episodio aislado porque en 2020 también sumaron vecinos. Ese año pasado también lo hicieron Burgos y Soria. La razón de esta tendencia la podemos buscar en la cercanía a Madrid.

Nuestra comunidad es la cuarta que más vecinos de otras comunidades acoge. Principalmente desde Madrid. De los 13.000 nuevos, 5.500 son de allí. Somos su tercer destino favorito, por detrás de Castilla-La Mancha y Andalucía. En su mayoría apuestan por Ávila y por Segovia.

Pero no solo Madrid aporta vecinos a nuestra comunidad. Del País Vasco vinieron 1.200 personas, sobre todo a Burgos. La clave está en la proximidad de estas zonas a núcleos urbanos e industriales. También desde Cataluña o Andalucía llegaron novecientas de cada una. El teletrabajo ha empujado a muchos a dar el paso: si el sueldo y la empresa lo permiten, se apuesta por vivir en entornos alejados del centro de trabajo. Aunque puede ser algo coyuntural. La situación económica ha frenado el atractivo de zonas que habitualmente eran destino para los castellanos y leoneses. 

Por contra desde Castilla y León se ha emigrado más hacia Galicia, Comunidad Valenciana o Cantabria. Y aunque el saldo migratorio es positivo, no es suficiente para compensar la pérdida total de población.