El coronavirus ha acelerado una tendencia que ya existía: construir pensando en la salud de las personas. La ventilación es un elemento clave dentro de la higiene de las viviendas. Además de prevenir humedades, evita la propagación del virus.

El confinamiento nos ha hecho valorar más las zonas al aire libre como las terrazas. La sociedad llegó incluso a cerrarlas pensando que lo hermético es mejor, pero "puede serlo de cara a la temperatura, pero no de cara a la salubridad", dice el presidente del Colegio de Arquitectos de Valladolid, Manuel Vecino. Ahora muchos deciden volverlas a abrir y también se empieza a construir con muchas más terrazas y más iluminación al exterior.

Con la implantación del teletrabajo ya se piensa en soluciones para crear nuevos espacios. Incluso se habla de cómo el diseño de las residencias ha influido en los contagios. La pandemia ha demostrado lo importante que es la colaboración entre especialistas de diferentes ámbitos para mejorar las construcciones y, por tanto, la calidad de vida de las personas.