'Hay un momento en el que, no sé si fingió o no, pero se acurrucó y lloró haciendo ver que lo sentía'. Así narró hoy la reacción del presunto asesino el inspector Jefe responsable de la Sección de Inspecciones Oculares de la Policía Científica que participó en el levantamiento del cadáver de la norteamericana Denise Pikka, localizado por la Policía el 11 de septiembre de 2015 tras las indicaciones dadas por el acusado y en la reconstrucción de los hechos. El agente también explicó que se encontraba junto a un pino, en un avanzado estado de descomposición, cubierto por vegetación y tierra.

Por su parte, un subinspector de Policía Científica destinado en el Grupo de Terrorismo de la Policía Nacional señaló que estaba semi-enterrado y que el estado de descomposición impedía incluso saber que le habían amputado las manos, aspecto en el que no coincidió con el testimonio de su colega. 'Alguien no acostumbrado a un escenario de ese tipo podría haber pensado que se trataba de un animal', añadió en su declaración por videoconferencia en el juicio por el asesinato que se desarrolla en la Audiencia Provincial de León contra Miguel Ángel Muñoz.

A preguntas de la acusación, uno de los policías señaló que en su opinión 'tenía perfecto conocimiento de lo que decía y yo no soy psicólogo pero podría deducir que estaba en su sano juicio y que lo que decía lo decía porque quería y como quería y que lo que ocultaba lo ocultaba porque quería y como quería'. 'Cuando llegamos a la zona, después de dar un rodeo, dijo perfectamente dónde estaba', añadió.

El letrado defensor hizo varias preguntas sobre la naturaleza y el tratamiento dado a los restos -entre ellos varias uñas- de la peregrina norteamericana que fueron trasladados a Madrid para su análisis, plateando posibles dudas sobre la custodia de los mismos.