Al Real Valladolid le faltaban muchos números por tachar para cantar bingo en Mallorca, pero le salieron todos seguidos en el minuto 90, cuando Mojica, fresco porque salió en la segunda parte, puso un centro de oro al área pequeña, al que no llegó Rodri por centímetros en el primer palo y sí el puñal de Juan Villar en el segundo. 0-1, tres puntos, avión y a casa.

Del mismo modo que el Pucela mereció ganar el pasado sábado al Elche por juego y ocasiones y se tuvo que conformar con un empate sobre la bocina, este domingo, que por ese mismo juego y esas mismas ocasiones mereció perder en Palma, en un golpe de inspiración, de talento, de calidad, y en el minuto 90, sin margen de reacción para el rival,marcó un gol y acabó llevándose tres puntazos para Valladolid.

Mientras el Mallorca tuvo el dominio y las ocasiones, Kepa le frenó en seco y mantuvo a flote al Pucela. Falló sus ocasiones y, como sucede tantas y tantas veces, al que has perdonado, te mata. Este domingo le tocó el Pucela el papel de matador. Para eso la escopeta de Juan Villar siempre está cargada, aunque el próximo domingo (al igual que Javi Chica) no podrá jugar por sanción ante el Mallorca al ver su quinta tarjeta amarilla.

En cualquier caso, al Real Valladolid no se le puede negar la fe. Ante el Elche no bajó la cabeza cuando estaba recibiendo un mazazo injusto y rescató un punto en el minuto 90. Este domingo, en Mallorca, volvió a sacarla cuando ya había agotado casi el oxígeno de reserva, y se llevó los tres puntos, que le permiten cerrar la primera vuelta con 28 puntos en el centro de la clasificación.