La gripe se despide hasta el próximo invierno y en Castilla y León, este año, se han vacunado más personas que en campañas anteriores. Casi 600.000 ciudadanos han preferido la prevención antes que la cura. Una cifra que, desde la Consejería de Sanidad, consideran todo un éxito.

Tos, secreción nasal, fiebre… conocemos los síntomas, pero no por ello nos dejan de fastidiar cada invierno. Por este año, decimos adiós a la gripe. El buen tiempo ha hecho que esta vez el virus haya sido más benevolente.

Desde la consejería de Sanidad, en esta campaña se habían propuesto dos objetivos: mantener la cobertura de vacunación en la población de riesgo, los mayores de 65 años, un sector en el que Castilla y León es líder, y aumentar el personal sanitario vacunado.

Los virus gripales cambian con mucha frecuencia, por lo que vacunarse no siempre evita el contagio. Aún así, insisten, es más que recomendable.

La primera semana de febrero, una de las más frías del año, fue, casualmente, en la que más casos de gripe se detectaron. 300 por cada 100.000 habitantes. Una cifra que está muy lejos de la consideración de la enfermedad como epidemia.