Son piezas hechas a mano. Algunas superan los dos metros de altura y nos trasladan a la casa de pulgarcita o al mundo del Principito.
La fusión entre literatura y arte es la base de esta exposición que también trata de implicar al público a través de juegos interactivos. Cada pieza es única. Rosana tarda alrededor de dos años en crearlas.
Peter Pan, Caperucita Roja y el resto de personajes estarán hasta el 28 de febrero. Una muestra que pronto acogerá otras figuras puesto que su autora ya trabaja en nuevas escenas del libro de Alicia en el País de las Maravillas.