El contrato de 61 páginas que anoche respaldaban abrumadoramente los miembros de las asambleas de Caja Ávila y Caja Segovia dice en uno de sus artículos que las decisiones de peso se adoptarán por una mayoría del 93%, porcentaje incluso mayor que el de cuatro quintas partes que recoge el decreto aprobado por el Gobierno regional y que levantó ampollas en ambas entidades. Reparos a un porcentaje pero respaldo sin fisuras a otro que las deja fuera de las grandes decisiones.

Las cinco entidades más pequeñas suman un 10% y aunque desde la entidad se asegura que su unión servirá para que se cuente con ellas, en la práctica sólo Rodrigo Rato y José Luis Olivas llevarán las riendas de la macrocaja.

Caja Madrid controlará el 52%, Bancaja el 37% pero Ávila y Segovia sólo sumarán juntas el 4,34%. De hecho, sólo una de ellas podrá sentar a un miembro en el Consejo de Administración pero no siempre al igual que en la comisión ejecutiva.

El vicepresidente de Caja de Ávila, Miguel Ángel García Nieto asegura que no cree que sea imposible conseguir que tres o cuatro entidades se unan y conseguir esa minoría de bloqueo del 7%.