Luis García Jambrina (Zamora, 1960) es Doctor en Filología Hispánica por la
Universidad de Salamanca, donde actualmente trabaja como profesor titular
de Literatura Española. También ha impartido cursos y seminarios en Estados
Unidos, Alemania, Francia, Suiza, México y Honduras. Desde 1999, es director
de los Encuentros de Escritores y Críticos de las Letras Españolas en Verines,
fundados por Víctor García de la Concha, y crítico de poesía de ABC de las
Artes y las Letras, suplemento del diario ABC.
Como narrador, figura en algunas antologías, como Los cuentos que cuentan (Anagrama, 1998) o El cuento literario en Castilla y León II (Edilesa, 2002).
Ha publicado los libros de relatos Oposiciones a la morgue y otros ajustes de
cuentas (1995) y Muertos S.A. (2005), donde la muerte es el telón de fondo de
todos los relatos, pero huyendo de cualquier planteamiento gótico y buscando
el giro final, la sorpresa. "Lo que creo -ha manifestado- que hermana
todos los cuentos del libro es la falta de creencia en lo sobrenatural. Son
ficciones en las que la literatura es el médium".
También es autor de los libros de ensayo Guía de lectura de Claudio Rodríguez (1988), La vuelta al Logos. Introducción a la narrativa de Miguel Espinosa (1998), escrito con una Ayuda a la Creación del Ministerio de Cultura, De la ebriedad a la leyenda. La trayectoria poética de Claudio Rodríguez (1999),
La otra generación de los 50, escrito con una Beca de Investigación "Miguel
Fernández" sobre Poesía Española Actual, y Claudio Rodríguez y la tradición
literaria (1999), con el que obtuvo el Premio Fray Luis de León de Ensayo.
Asimismo, ha preparado varias antologías y ediciones de Claudio Rodríguez:
Claudio Rodríguez para niños (1988 y 2000), Hacia el canto (1993 y 1999),
Don de la ebriedad. Conjuros (1998), Alianza y condena (2001), Aventura (2005) y Poemas laterales (2006), así como La promoción poética de los 50 (2000).
En 2009 ha sido finalista del Premio de la Crítica de Castilla y León y V Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza.
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NARRATIVA
- Oposiciones a la morgue y otros ajustes de cuentas (1995). Valdemar.
- Muertos S.A. (2005). El Gaviero.
- El manuscrito de piedra (2008).
ENSAYO
- Guía de lectura de Claudio Rodríguez (1988). Ediciones de la Torre.
En colaboración con Luis Ramos de la Torre.
- La vuelta al Logos. Introducción a la narrativa de Miguel Espinosa (1998). Ediciones de la Torre.
- De la ebriedad a la leyenda. La trayectoria poética de Claudio Rodríguez (1999). Universidad de Salamanca.
- Claudio Rodríguez y la tradición literaria (1999). Junta de Castilla y León.
- La promoción poética de los 50 (2000). Espasa (Austral).
- La otra generación de los 50 (2007). UNED.
- La otra generación poética de los 50 (2009).
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Sueños paralelos
En una casa antigua del viejo Madrid, un hombre empieza a tener sueños que al día
siguiente ve publicados en la sección literaria de su periódico favorito. Alarmado por
tan extraño fenómeno, una noche decide permanecer en vela para ver lo que pasa. Por
la mañana, descubre con sorpresa que ese día no aparece el habitual relato onírico
en el diario. Trata de no dormir tampoco esa noche, pero el sueño le vence por partida
doble, puesto que al día siguiente aparece publicada su agitada pesadilla nocturna.
Por miedo a volverse loco, pone su caso en manos de uno de los mejores abogados
del país. Éste le aconseja que pleitee contra el periódico por violación del derecho a la
intimidad. El llamado «Caso de los sueños robados» pronto despierta un gran interés
en toda Europa y América. Nadie había pensado hasta esa fecha que el contenido de
los sueños pudiera estar legalmente protegido. En el juicio, varios psiquiatras certifican
que el demandante está en su sano juicio, aunque lógicamente perturbado por
tan extraños acontecimientos. Es entonces cuando el fiscal decide presentar la prueba
definitiva: en una sala de la Audiencia se monta una cama para que el demandante
pueda dormir esa noche; junto a él, se encuentran su abogado defensor y varios agentes
judiciales, que en el momento oportuno tomarán fiel nota del sueño.
El resultado de la prueba es positivo: el relato del soñador y el que esa misma madrugada
aparece publicado coinciden plenamente. El director del periódico no puede dar
crédito a lo que oye. La cosa se complica cuando se sabe que bajo las iniciales con
que aparecen firmados los relatos oníricos se oculta la identidad de una mujer. Sin
embargo, no puede decirse que exista una violación del derecho a la intimidad, dado
que los sueños se publican como ficticios y en ningún momento aparece el nombre del
supuesto soñador. Esto hace que el abogado de la víctima decida cambiar los términos
de su demanda. Si no aparece el nombre del inspirador y verdadero autor de los relatos,
quiere decirse que estamos ante un claro delito de plagio. El juez actúa en consecuencia
y ordena el secuestro de los relatos oníricos no publicados todavía, pero tales
relatos no existen, pues la autora ha decidido paralizar de momento su producción.
Mientras tanto, un periódico rival decide comprar en exclusiva los derechos de publicación
de los auténticos sueños. A partir de entonces, cada mañana le llega al juez un
sobre con matasellos del día anterior remitido por la supuesta plagiaria de los sueños;
dentro, no hay otra cosa que el original del relato que ese mismo día aparece publicado.
Ahora la demanda se invierte, y es sobre el supuesto soñador, también firmante
de los nuevos relatos oníricos, sobre el que pesa la acusación de plagio. Se inicia,
pues, un nuevo proceso, en el que la demandante demuestra con pruebas fehacientes
que tenía escritos desde hace mucho tiempo y depositados en la Sociedad General deAutores los relatos oníricos que acaban de ser publicados. Es el momento en que los
lectores empiezan a cansarse del asunto y a poner en tela de juicio la credibilidad de
los dos periódicos en litigio. Como consecuencia de todo ello, la venta de diarios, que
había aumentado ostensiblemente con el «Caso de los sueños robados», comienza a
descender en picado. Los propietarios y directores de ambos medios se reúnen con sus
dos conflictivos colaboradores y, de común acuerdo, deciden zanjar el asunto retirando
todas las demandas y rescindiendo los contratos relacionados con el caso. Ello les
cuesta caro a los respectivos propietarios, pero es preferible pagar ahora unos cuantos
millones que tener que parar definitivamente las máquinas.
En la actualidad, los dos plagiarios viven juntos en algún lugar del Caribe, gracias a
las ganancias que les ha reportado su ingeniosa estafa.
Oposiciones a la morgue y otros ajustes de cuentas.