SUPERACIÓN EN TIEMPOS DE CRISIS

De la beneficencia al funcionariado

  • Milagros Henriquez emigró a España desde Argentina con sus dos hijos y prácticamnete con los puesto
  • Sin trabajo, tuvo que recurrir a la asistencia social pero ha logrado obtener una plaza de funcionaria

Rubén de Vicente

Son años duros en los que impera el pesimismo en nuestro país por los daños de la crisis. Sin embargo, en medio del panorama sombrío pueden surgir algunos rayos de luz, y no es un tópico. Esta historia de superación de una inmigrante argentina así lo demuestra.

Milagros Henríquez vino desde Argentina con dos hijos, tres maletas y muchas ganas de trabajar. De hecho, al principio hizo prácticamente de todo. "Vendí gofres, trabajé en una firma de ropa muy conocida, en una cafetería, cuidé enfermos...", enumera. Así fue encadenando trabajos hasta que sufrió una trombosis que le impidió desempeñar un empleo temporalmente. Poco a poco los ingresos se agotaron y no tuvo más remedio que acudir a la beneficencia para alimentar a sus hijos.

"Vergüenza" en las colas para conseguir alimentos

"Me sentía muy mal, me daba vergüenza estar en las puertas esperando con mi carrito para traer alimentos a casa", relata Milagros. Uno de los asistentes sociales de Cáritas fue quien la ayudó anímicamente a salir de esa situación. "Me miró a los ojos y me dijo: tú vas a salir adelante".

Milagros puso entonces todo su empeño en estudiar para sacarse una plaza de funcionaria como funcionaria de DNI. Lo intentó dos veces sin éxito. Con tesón se preparó a una tercera que compaginó con un empleo como cuidadora de ancianos con jornadas de 14 horas. "Tenía un flexo pequeñito con el que armaba mis estudios clandestinos. Cuando se dormían los viejitos: flexo, apuntes y a estudiar".

Gracias a su esfuerzo y perseverancia consiguió obtener la plaza de funcionaria en una oficina de DNI en el tercer intento. El caso de esta inmigrante argentina demuestra que tras caer no hay que perder la esperanza en el milagro, pero siempre con el mazo dando.