FÚTBOL | PRIMERA DIVISIÓN

Martino, cuarto entrenador argentino en la historia del Barcelona

  • El rosarino, que llega con el aval de Messi, se une a una lista en la que figuraban Roque Olsen, Helenio Herrera y César Luis Menotti

Europa Press

El nuevo entrenador del FC Barcelona, Gerardo 'Tata' Martino, se convierte en el cuarto técnico argentino en la historia del club blaugrana tras el paso de sus compatriotas Roque Olsen, Helenio Herrera y César Luis Menotti, e intentará convertirse en el más exitoso de ellos pese a la dificultad de aterrizar en Europa sin experiencia en el 'Viejo Continente' y de sustituir a Tito Vilanova de urgencia.

   Helenio Herrera (1958-60, 1980 y 1980-81), Roque Olsen (1965-67), y César Luis Menotti (1983-84) dirigieron al Barça en épocas muy diferentes y su suerte fue desigual, destacando por encima de todo la figura de Helenio Herrera. Martino, de un perfil ofensivo, creativo y similar a la filosofía de este Barça que se está convirtiendo en el mejor equipo blaugrana de la historia, llega para dejar su huella.

   Hasta el momento, el más recordado de sus compatriotas en Barcelona quizá sea Helenio Herrera. Nacido en Buenos Aires en 1910, dirigió al Valladolid, el Atlético de Madrid (al que hizo campeón de Liga las temporadas 1949-50 y 1950-51), el Málaga, el Deportivo y el Sevilla. A finales de la temporada 1957-58 ocupó el banquillo del Barça en sustitución del cesado Domènec Balmanya.

   Verdadero precursor en la preparación psicológica de los futbolistas y un maestro en la confrontación dialéctica, era un fanático del estudio del equipo rival y se conocía todas y cada una de las características de los once jugadores contrarios. Con Helenio Herrera en el banquillo, el Barça de Ramallets, Suárez y Kubala vivió el bienio 1958-60 una etapa repleta de títulos, con dos Copas de Ferias (1957-58 y 1959-60), dos Ligas (1958-59 y 1959-60) y una Copa (1958-59). A pesar de todo, la eliminación en las semifinales de la Copa de Europa provocó el cese de HH a finales de la temporada 1959-60.

   No obstante, regresó en 1980-81 como relevo en el banquillo de Ladislao Kubala. El Barça cambió radicalmente de fisonomía y si no ganó finalmente la Liga fue debido al secuestro de Quini, un hecho dramático que cortó de raíz la reacción del equipo azulgrana. De todas formas, ya con el delantero asturiano felizmente liberado, Helenio Herrera se pudo despedir del Barça con la conquista de la Copa del Rey del año 1981.

   Por su parte, Olsen llegó en una mala época. Nacido en Sauce de Luna en 1925, cogió las riendas del equipo tras dirigir a Córdoba, Deportivo de la Coruña y Real Zaragoza. Llegó en 1965 con el club inmerso en una persistente crisis deportiva. El equipo estaba en proceso de transición, con nuevos fichajes como Gallego, Torres o Muller y jóvenes valores emergentes como Rexach y Pujol con los que Olsen, un hombre de carácter duro, no confiaba mucho.

   El último argentino en ocupar el banquillo blaugrana fue Menotti, nacido también en Rosario, en 1938. El 'Flaco' César Luis Menotti era un técnico de mucho prestigio y palabra fácil, muy cotizado desde la conquista con la selección argentina del Mundial 78. Cuando llegó al Barça, en marzo de 1983, tuvo que sustituir Udo Lattek, cesado por los malos resultados del equipo, que había sufrido el grave hándicap de la larga baja por hepatitis de Diego Armando Maradona.

   El debut de Menotti coincidió con la vuelta de Maradona y la eliminación de la Recopa, pero la temporada se acabó con buena nota gracias a las conquistas de la Copa del Rey y la Copa de la Liga, ambas ante el Real Madrid. La siguiente campaña fue bastante movida y el Barça estuvo a punto de ganar la Liga (quedó a sólo un punto del campeón, el Athletic Club), pero las graves lesiones de Maradona y Schuster fueron circunstancias adversas imposibles de superar. La Copa se perdió en la final ante el Athletic Club en un partido que terminó con graves incidentes.

   El único título de la temporada 1983-84 fue el de la Supercopa de España. Menotti volvió a su país al terminar la temporada, pero a pesar de las derrotas deportivas dejó un buen recuerdo en Barcelona, ya que impresionó a todos con sus conocimientos futbolísticos y dio la alternativa a jóvenes valores como Rojo y Calderé.