El trabajo de Incosa está en el AVE y en las autovías. En la Catedral de León. Y en la Iglesia de Santa María de Valdediós. En la hasta ahora 'y griega vasca', que no sabemos si pasará a ser 'ye', en los túneles de Pajares, en el Puerto Exterior de A Coruña y en el Hospital Clínico de Valladolid. En la Ciudad de la Energía de Ponferrada y en el Teatro Principal de Burgos. En las paredes de piedra y en los muros de hormigón; en el suelo arcilloso y en el ladrillo cara vista.

Incosa es una empresa de arquitectos, ingenieros, geólogos y así hasta 26 titulaciones universitarias entre las que no figura la categoría de "emprendedor", a pesar de ser la que cimenta un organigrama que crece como una enredadera por gracia de la diversificación y la internacionalización: antídotos para la crisis.

José Vega fundó Incosa hace 25 años en Ponferrada. Entonces, llevaban al límite de su resistencia probetas de hormigón y de acero, casi como siguen haciendo ahora. El ensayo de materiales -para un puñado de tierra el laboratorio de Boecillo debe de ser como un parque de atracciones- fue su primera actividad; hoy es una de tantas.

Hemos visitado una empresa que no construye pero ayuda a construir; que no fabrica pero ayuda a fabricar. Una empresa que diagnostica, vigila, procura, analiza, confirma, estudia, ensaya, prueba, diseña, supervisa y, sobre todo, crece.