La crisis logística está propiciando un cambio. Desde hace tres décadas, Asia es el epicentro de la deslocalización. El continente donde acuden las empresas de todo el mundo para trasladar allí su actividad y abaratar costes.

Se va a pasar de la deslocalización a la relocalización de la cadena productiva. Este proceso comenzó con la guerra comercial entre Estados Unidos y China: "Lo que ha hecho la pandemia es acelerar este cambio en el que las empresas y los gobiernos están trayendo esas partes de la cadena productiva", destaca el responsable de comunicación de Crédito y Caución, Pavel Gómez. 

Hay muchas empresas ya dispuestas a renunciar a la rentabilidad y a sus márgenes comerciales para llevar a cabo este cambio. "Por otro lado, se van a abrir nuevas oportunidades para proveedores más locales y esto va a suponer incrementos de facturación también para muchas empresas". 

Ya se prevé que en 2025, el producto interior bruto de Asia sea 3 puntos inferior. Hablamos de 800.000 millones de euros. Nuestro país deberá fijarse en otros bloques comerciales como la Unión Europea. 

Lo que preocupa ahora son los problemas del transporte logístico que tardarán en resolverse.