LITERATURA

Pepe Monteserín gana el Premio de Cuentos Miguel de Unamuno por una 'pieza redonda' cargada de humor

El relato se titula 'Rayos y retruécanos' y narra la historia de un hombre afectado por una canción que no se le va de la cabeza. Los accésits han sido para Isabel Canelles López y Benjamín Pulido.

Y.R.T. / ICAL

El escritor Pepe Monteserín, Pravia, Asturias 1952, es el ganador del 46 Premio Internacional de Cuentos Miguel de Unamuno, por el relato titulado 'Rayos y retruécanos', una obra que según destacó el jurado está cargada de humor y que aspira a convertirse en "un relato musical".

Según explicó el presidente del jurado, Javier San José Lera, el "gran mérito" del relato está en su gran sentido del humor y señaló que el autor ha sabido crear un cuento "divertido que deja al lector con una sonrisa en los labios".

Además, destacó que se caracteriza "por una construcción textual fantástica, por una riqueza expresiva extraordinaria y un cierto estilo neobarroco".

San José Lera destacó que el autor hace uso de un lenguaje coloquial y en ocasiones vulgar, con gran riqueza de registros en los que se pueden encontrar numerosos "hallazgos expresivos y humorísticos", por lo que el "auténtico protagonista del relato es el propio lenguaje".

Este miembro del jurado informó que la narración la realiza el protagonista en primera persona y trata sobre alguien aquejado de "un mal que es imaginario y terriblemente inquietante, pero que todos experimentan", como es la sensación de que se te mete una canción en la cabeza y no la puedes olvidar.

En este caso, el personaje no para de escuchar el 'vacilón, que rico vacilón, chachachá, que rico chachachá'. Este estribillo se va repitiendo "de forma enfermiza a medida que va el sujeto enloqueciendo", por lo que trata de curarse de esa locura y el propio relato se convierte en su terapia. San José indicó que a lo largo de la historia de este premio no ha sido frecuente el encontrar relatos humorísticos, ya que este género "no se cultiva mucho".

Accésits

En cuanto a los accésits, el primero de ellos reconoció el trabajo de la escritora Isabel Canelles López, profesora de la Escuela de Escritores de Madrid, por su obra 'Pensé que era alérgica al sonido de la balalaica'. Sobre este trabajo afirmó que reflexiona sobre le paso del tiempo y las relaciones personales, en concreto aborda el matrimonio, pero con una "visión cáustica y con una mirada crítica". Trata de la frustración tras la rutina, de la banalidad de las situaciones y para ello, los personajes manifiestan su falta de interés por el mundo.

Por último, el ganador del segundo accésit fue el escritor toledano, Benjamín Pulido, por el relato 'El hombre deshidratado', un trabajo que el jurado calificó de "sorprendente", tanto por su contenido, como por tratarse de un trabajo de ciencia ficción. La historia se narra en términos de "absoluta convencionalidad", para contar que una mujer hace la compra, tiene una vida normal hasta que llega a la sección de droguería y compra un paquete de hombres deshidratados.

Se sabe que la narración se sitúa en un tiempo futuro, porque se habla de una catástrofe biológica que ha acabado con todos los hombres y el mundo se presenta con la "apariencia de la perfección", es decir, sería más ordenado, más justo, pero sin pasión.