La Hermandad de las Siete Palabras cumplió anoche con su penitencia. Desde la iglesia románica de Santa María de la Horta, avanzan hacia la noche los estandartes con las siete frases que pronunció Jesús en la cruz. Junto a ellas, siete pequeños crucificados tallados por diferentes autores que dan una personalidad propia a una cofradía que rompió moldes con su creación hace 55 años. Los hermanos acompañan al impresionante Cristo de la Agonía, una talla del toresano Antonio Tomé Diego, de finales del siglo XVII, que impone el silencio a su paso al ritmo de los tambores destemplados.