La sequía y las altas temperaturas ya han provocado una campaña de secano desastrosa, y amenazan a la próxima de regadío. Los pantanos se vacían, los acuíferos se secan y no hay reservas para el año hidrológico que empieza en octubre. Los agricultores avisan de que será un ejercicio muy complejo si no hay precipitaciones pronto. De nada servirá la eliminación de los barbechos si no hay agua para regar.