El trazado del viejo ferrocarril Santander-Mediterráneo a su paso por la provincia está en deterioro. Ahora es una ruta para ciclistas y senderistas que en muchos puntos tiene inmuebles abandonados. Los alcaldes de una decena de pueblos quieren crear una asociación que apueste por su mantenimiento, porque en muchos puntos, la ruta está intransitable.