Los embalses de león ya pasan del 90 por ciento de su capacidad tras semanas de intensas lluvias. Y, con nuevos frentes previstos para Semana Santa, no se descartan desembalses controlados para evitar desbordamientos. Esta situación, aunque necesaria para la gestión, puede generar problemas aguas abajo, como el que vive el pueblo de Remolina.