La supresión del IVA en determinados alimentos está provocando un quebranto económico en agricultores y ganaderos. Asaja señala que muchos de ellos, sobre todo, del sector lácteo, cereal o leguminosas, pagan este impuesto para trabajar sus productos pero luego no reciben lo mismo en la venta. El problema es que tardan año y medio en recuperar esas cantidades.