No es un adiós, es un hasta luego

Estamos en pleno mes de septiembre y eso significa, para muchos, el éxodo del pueblo a la ciudad. Los pequeños municipios que han visto como incluso su población se triplicaba durante el verano, ahora se van deshabitando, las fiestas se acaban y toca volver a la rutina. No es tanto un adiós sino un hasta luego porque la mayoría promete volver el año que viene