Lo que era un gran programa para impulsar la digitalización de las pymes se ha convertido en una auténtica pesadilla. Es la denuncia de las empresas encargadas de tramitar el Kit Digital. No solo por lo farragoso que resulta la tramitación, sino por la necesidad de adelantar la inversión y ver cómo se retrasan los pagos. Muchos instaladores han decidido abandonar el proyecto.