Novedades nada halagüeñas para Ondara, al menos en el corto plazo. Un problema durante el traslado de nuevas plantas de cannabis procedentes de Canadá ha obligado a destruir esos ejemplares que iban a cultivarse en el invernadero de Garray, para su posterior cosecha y comercialización para fines terapéuticos. La empresa debe volver a pedir un nuevo permiso de importación. Y todo eso retrasa la reanudación de la actividad y afecta de lleno a los 40 trabajadores que siguen en ERTE.