Solo el 15,3% de los jóvenes de entre 16 y 29 años en Castilla y León vivía a finales del año pasado emancipado, es decir, fuera del hogar familiar, lo que supone cuatro décimas más que al cierre del primer semestre de 2022. En España, el porcentaje es ligeramente mejor que en la comunidad, al situarse en el 15,9%, que choca con la realidad de la media de la Unión Europea, donde se sitúa en el 31,9%. Además, empeoró la tasa de pobreza y exclusión, hasta el punto que el porcentaje de jóvenes que están en esa situación crítica ha pasado del 25,8% de 2021 al 26,2% del año pasado. El Observatorio de la Juventud de España (CJE) alertó que la tasa aumentó, sobre todo, entre los que tenían un empleo.
El documento del Consejo de la Juventud señala que la emancipación residencial de la población joven de Castilla y León empezó a recuperarse de manera "muy suave" en 2022, pero sin a alcanzar las cotas anteriores a 2020. Algo que está relacionado con los bajos salarios que perciben muchos jóvenes y el aumento de los precios, que lastran la posibilidad de que un menor de 29 años decida salir de la casa de sus padres. En este sentido, el organismo precisa que el año pasado se cerró con un "ligero" aumento del empleo y una reducción considerable de la temporalidad entre la población joven de Castilla y León, al igual que en España. Eso sí, alerta que Castilla y León fue la tercera comunidad autónoma con menos personas jóvenes trabajando a tiempo completo. No en vano, la mitad de las personas jóvenes ocupadas a tiempo parcial lo hacía de manera involuntaria.
La tasa de emancipación residencial de los jóvenes en Castilla y León está en la media de las comunidades autónomas. El listado está encabezado por Cataluña, donde el 20,2 por ciento de los menores de 30 años vive al margen de sus padres, seguido de Murcia (18,7%) y Baleares (18,6%). En el lado contrario, están Castilla-La Mancha, donde solo el 12,3% de los jóvenes está emancipado, seguido de Cantabria (13,7%), Aragón (13,7%) y Aragón (13,8%).
La edad media de emancipación en España aumentó en el último semestre de 2022 hasta los 30,3 años, que supone el mayor dato de los últimos 20 años. El Observatorio subraya que para alquilar en solitario, un joven debería destinar el 83,7% de su salario neto anual, además de que una de cada cinco personas de menos de 30 años con un puesto de trabajo se encontraba en pobreza o riesgo de exclusión social.
Estos porcentajes reflejan la "preocupante" realidad de que es "casi imposible" emanciparse en España. Según el CJE, las circunstancias que provocan ese panorama se explican en que tener empleo no es suficiente para poder acceder a una vivienda en España.
Pese a que el salario medio de una persona joven subió un 4,6%, hasta los 13.079 euros netos al año (1.089 euros netos al mes), el precio de las viviendas en alquiler lo hizo un 7,5%, hasta ofrecerse de media a 912 euros. Con ello, un joven tendría que dedicar el 83,7% de su sueldo. Eso, sumado a los 141 euros de media que cuestan de media los suministros y servicios de una vivienda (como los recibos de agua, luz y gas), supondrían 1.053 euros al mes, el 96,6% de lo que cobra, por lo que solo le quedarían 36,93 euros para adquirir alimentos, comprar ropa y gastar en ocio.
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