Shakira es una pequeña yorkshire terriere a punto de entrar a quirófano, algo que le asusta tanto como a cualquier humano y por lo que no puede evitar temblar al despedirse de su dueña. Le van a practicar una castración, una intervención habitual no solo para evitar camadas indeseadas, sino también, en el caso de las hembras, evitar además embarazos psicológicos u otro tipo de dolencias relacionadas con las hormonas. 

Míriam es la veterinaria que se va a encargar del proceso, desde el examen preoperatorio hasta su completa recuperación unas horas después. Su clínica, ubicada en Toro, Zamora, cuenta con quirófano y con profesionales especializados en áreas de la salud animal a las que hasta hace poco no se prestaba atención.