'Sin salida'

  • "La película es un bodrio a tres pesetas. Imaginación, ¿dónde te fuiste? Hago un llamado a mis colegas que escriben. Por favor, os lo suplico, el público merece otra cosa. "

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José S. Isbert / rtvcyl.es
  • Película: 'Sin salida (Abduction)'.
  • Dirección: John Singleton.
  • Guión: Shawn Christensen y Jeffrey Nachmanoff; basado en un argumento de Shawn Christensen.
  • País: USA.
  • Año: 2011.
  • Duración: 101 min.
  • Género: Acción, thriller.
  • Interpretación: Taylor Lautner (Nathan), Lily Collins (Karen), Alfred Molina (Frank Burton), Jason Isaacs (Kevin), Maria Bello (Mara), Michael Nyqvist (Kozlow), Sigourney Weaver (Dra. Bennett), Denzel Whitaker (Gilly), Tim Griffin (Red).
  • Producción: Doug Davison, Ellem Goldsmith-Vein, Lee Stollman, Roy Lee, Dan Lautner y Pat Crowley.
  • Fotografía: Peter Menzies.
  • Montaje: Guy Bensley.
  • Diseño de producción: Keith Brian Burns.
  • Vestuario: Ruth Carter.
  • Distribuidora: Aurum.
  • Estreno en España: 14 Octubre 2011.

SINOPSIS

En "Sin salida (Abduction)", un joven descubre una fotografía de cuando apenas era un bebé en una página de Internet sobre personas desaparecidas. Semejante hecho le lleva a desconfiar de sus padres, quienes tienen bastantes cosas que ocultar. De pronto, se verá obligado a iniciar una huida para salvar su vida.

CRÍTICA

"El título ya es una engañifa. 'Abduction' quiere decir, para los ufólogos, que nos secuestraron los extraterrestres. Y en psicología, es una forma de razonamiento intuitivo que suprime las soluciones improbables. O sea, cualquier cosa… La película es un bodrio a tres pesetas. Imaginación, ¿dónde te fuiste?"

Una vez más, me escandaliza la falta de seriedad en los planteamientos que se nos propone. La ligereza del contexto, sus incongruencias, los comportamientos aberrantes en los que la cordura está ausente, las situaciones convenidas y los diálogos de una pobreza que asusta es la cocina que se nos ofrece.

Falta salsa, sal y pimienta, quizás perejil y ajo. Faltan personajes sólidos, coherentes y que enganchen, intriga, densidad y también las emociones. La historia es inverosímil, mal contada, incompleta, y el final es de una estupidez que espanta. Lástima de dinero derrochado con el hambre que hay en Somalia.

Veamos, no vayáis a pensar que soy duro en exceso porque me gusta dar palos: un adolescente se entera de que sus padres no son los Reyes Magos, o al revés, poco importa. Al darse a conocer en la red, unos malos malísimos se cargan a los que le adoptaron, destruyen la casa, buscan al perro para "abduccionarlo" y, como no lo encuentran, se tiran a la piscina. O algo por el estilo, tampoco os daré detalles.

Sigue una persecución endiablada, en la que el joven protagonista, ayudado por su amiguita, escapa a sus perseguidores o por lo menos trata. Porque nunca lo consigue. Los malos malísimos le encuentran y hasta le ven en la tele. Como si cualquiera que pretendiera esconderse para no ser degollado se invitara a Telecinco para tirarse del moño en salsa rosa de luxe.

Hasta los niños de teta saben que si utilizas un móvil se sabrá el lugar del que llamaste. Pues nada, este chaval pasa el tiempo llamando a unos y a otras, como si su subconsciente deseara que le descubrieran. ¿Es tonto?

Y lo del tren es de antología pura. Sabiéndose perseguido y amenazado por la CIA y por los malos malísimos, se suben al primer tren que encuentran cuyo destino se desconoce, y sus adolescentes hormonas se desquician al entrar en su compartimento.

Pero no pensemos que hubo morbo. No, no, nuestros jovencitos se besan, se acaloran, pero la Moral les salva. Nada de desnudarse, ni toquetearse, ni de "arreglarse" cuando por fin están solos. Recato, oiga, lo único que les preocupa es irse a comprar bocatas.

Debo reconocer que la trama se prestaba a desarrollos contundentes, a condición de que el guión hubiera sido escrito por otras manos y otras mentes. Al final de la cinta, cuando por fin aparece la mandíbula del padre biológico del mozalbete, ni se miran ni se abrazan cuando el único peligro que queda es la polución y el ozono.

Sobre la interpretación, Sigourney Weaver hace brillar cada frase. Los jóvenes Lily Collins (la amiguita) y Jason Isaacs (el amiguito) están ajustados y coherentes. Los demás secundarios hacen lo que pueden con un guión tan lamentable.

Taylor Lautner, la "promesa", que interpreta a Nathan, el adolescente perseguido, sonríe de maravilla anunciando un dentífrico exitoso, pero su interpretación no existe. Tiene un par de expresiones que intercambia según el plano y ahí se acabó el asunto.

La realización es ortodoxa, sin originalidad, sirviendo como puede la indigencia del relato.

Hago ahora un llamado a mis colegas que escriben. Por favor, os lo suplico, el público merece otra cosa. Sacad las tripas, entregaos, dejad que vuestra imaginación vuele. Hacednos soñar y vibrar con historias que nos calen. Que para eso os pagan, ¡qué diantre!

He dicho.