Tuitear, seguidor, hashtag o me gusta son palabras que conocen muy bien nuestros políticos tuiteros. Y si están en Twitter "No es solo para comunicar sino para que voten por ellos", asegura la experta en comunicación política Alicia Gil-Torres.
Para lograrlo, lo primero es tener seguidores: partidarios o detractores. Lo importante es sumarlos, y aquí, con diferencia, Pablo Fernández es el líder político más seguido.
"El político, para hacer una gestión eficaz de las redes sociales, tiene que ser proactivo", explica Gil-Torres. Y en eso, el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, encabeza el ranking entre tuits propios y retuits. Por ejemplo: del 15 de octubre al 15 de noviembre generó casi 500 mensajes, más de 15 por día, y sin contar respuestas a otros tuiteros.
"Tienes que ponerte en la piel del votante ¿Qué quiere escuchar de mí?" nos explica la experta en comunicación política. En el caso de Igea, Política y Sanidad centran la mayoría de sus tuits, en ocasiones, polémicos.
Más institucional suele ser el presidente Alfonso Fernández Mañueco, quien habitualmente no interactúa con otros tuiteros. Tampoco suele participar en debates el secretario general del PSOECyL, Luis Tudanca, aunque no evita la provocación en sus críticas a la Junta. El secretario general de Podemos Castilla y León, Pablo Fernández, por su parte, sí es de los que con frecuencia responde en sus concurridos tuits.
"No puede simplemente dedicarse a retuitear", asegura Alicia Gil-Torres. Algo que el procurador de Vox hace mucho. El de la UPL es poco activo en Twitter y al de Por Ávila ni siquiera le hemos encontrado. Entre nuestros alcaldes, el de Valladolid, Óscar Puente es el tuitero por excelencia y, con más de 43.000 seguidores, el más polémico.