La mascarilla es una barrera para el aprendizaje de los niños con trastorno específico del lenguaje.  María Álvarez es psicopedagoga de la Asociación AVATDAH explica cómo todo lo que complementa el mensaje, como el lenguaje gestual de la cara o el apoyo de los labios, "se queda frenado por el uso de la mascarilla".  Si además el niño tiene TDAH, un simple cubrebocas es suficiente para desconectar la atención y repercutir en el rendimiento escolar.

El empleo de la mascarilla tiene, además, un fuerte impacto emocional en los menores con déficit de atención e hiperactividad. Es un motivo de ansiedad. "Hemos observado que las conductas impulsivas han hecho que sean más penalizados dentro del contexto escolar en el aula, porque se bajan la mascarilla, porque no se la colocan bien, porque luego no se dan cuenta... Esa falta de reflexividad en muchos ha sido un poco más notoria",  asegura Beatriz Benito, también psicopedagoga de la Asociación AVATDAH.

Las especialistas trabajan con niños con TDAH para compensar lo que se ha restado con la pandemia.

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