Al centro municipal de protección animal de la ciudad de Valladolid llegaron el año pasado cerca de 300 perros y casi 200 gatos perdidos, entregados o abandonados. Allí son recibidos por los veterinarios, que comprueban su estado de salud, y atendidos por el resto del personal hasta que su dueño les recoja, si es que se han perdido, o hasta que una familia se decida a adoptarlos, en la mayoría de los casos. 

Pese a que el número de animales abandonados desciende cada año, todavía son muchos los ejemplares que llegan a estos centros, con la colaboración de la ciudadanía y la intervención de la Policía Local. Afortunadamente, un 70% de ellos encuentra una familia dispuesta a hacerles un hueco en su hogar.

El centro está tramitando una nueva convocatoria para vecinos de la ciudad dispuestos a compartir parte de su tiempo de forma voluntaria con estos animales, ya que la labor de los voluntarios siempre ha sido fundamental para darles toda la atención que necesitan.