Abordamos esta semana el tema de la limpieza de los alimentos, las superficies y los utensilios que utilizamos para cocinar con Gemma del Caño, farmacéutica especialista en seguridad alimentaria. Nos centramos en cuatro pilares: lavar, separar, enfriar y cocinar, dice Gemma.

Lo primero es lavar nuestras manos antes de tocar cualquier alimento. Pero no solo eso, también debemos desinfectar las superficies, primero con jabón y después con lejía. También debemos lavar las bayetas y trapos, pero "no sirve solo con lejía". Gemma recomienda introducirlos cada cuatro días, aproximadamente, en la lavadora a más de 60 grados, para que las bacterias no formen el llamado biofilm. Además, recuerda que los trapos de cocina son para secarse las manos y no para retirar los restos de alimentos. En cuanto a la fruta y la verdura, debemos lavarla antes de consumirla y no antes de guardarla, y frotando.

Los alimentos crudos se deben separar de los alimentos cocinados, intentando evitar la contaminación cruzada: cerrando bien los envases y colocándolos correctamente en la nevera.

Para eliminar las bacterias, la única arma que tenemos es el cocinado. "El congelado no elimina las bacterias, las retiene, por eso tenemos que cocinar completamente los alimentos", explica Gemma.

Después de cocinar, lo más importante es el enfriado. Tras terminar la cocción, "lo dejamos atemperar durante una hora y después a la nevera". Y si tenemos que descongelar, nunca debemos hacerlo a temperatura ambiente. Es preferible utilizar el microondas.