Se trata de una de las actividades más tradicionales y antiguas de la fiestas de Toro. Se trataba que con el vino que sobraba de la cosecha, se ponía en medio de la plaza para que la gente pudiera ir a por vino y se divirtieran . Y basicamente en eso sigue consistiendo esta fiesta. Se coge una botella o mejor aún, como manda la antigua tradición, una lata y se intenta llenar de vino. Eso sí, los novillos no lo ponen fácil.
Y al final se consigue. Se llena la lata y se comparte con la familia y amigos del público asistente.
Es la fuente del vino de Toro. Una fiesta que poco a poco se ha ido profesionalizando y donde los cortadores van tomando más protagonismo. Pero lo importante es pasar una buena tarde taurina, donde no falte el vino y una buena merienda para acompañar.