En los años 50 enmudecieron. Desde entonces, tan solo sus ojos miraban hacia los valles serenos del Cerrato. Algunos dicen que la mirada de las minas de Hornillos se contemplaba desde los cristales de yeso. Y es que las viejas minas de yeso de Cerrato, que se explotaron desde principios del siglo XX hasta 1988, fueron una parte importante de la economía de esta población palentina. Curiosamente, 35 años después se convierte en un producto turístico, cultural, geológico que pone en valor las impresionantes minas, cuyas galerías, cavidades, profundidad y estructuras abovedadas fascinan a todo el que penetra en el interior de sus verdaderas avenidas bajo tierra. Se trata de un verdadero fenómeno geológico reconducido por la minería que ha convertido cámaras y pilares en excavaciones transversales y longitudinales. Si a todo esto unimos los destellos brillantes, fluorescentes que proyectan los cristales de yeso, estamos ante las verdaderas minas de oro del Cerrato, que van camino de convertirse en el destino geocultural más interesante de la minería mesetaria.