El pequeño municipio de Matilla de los Caños del Río, era todo lo que María José buscaba. La casa del pueblo la enamoró y no lo pensó más, se mudó de Salamanca al pueblo, para continuar con el oficio de su marido. Una platería de microfusión a la cera perdida, es el negocio de esta charra que, cuida con mimo cada detalle que fabrica.