Tras el boom que a nivel mundial sufrió la lavanda hace unos años, ahora están llegando las consecuencias. Hace cinco años fueron muchos los países que optaron por su plantación, esto ha provocado que en el mercado haya mucha esencia de lavanda. Con estas circunstancias, el efecto está claro: en el mercado hay más oferta que demanda, lo que ha provocado que los precios hayan descendido y que el cultivo se encuentre en un momento en el que es complicado alcanzar la rentabilidad.