Vanesa Guzón se erigía este jueves como la víctima de un error de un funcionario que le concedió unas ayudas que no le correspondían.

El Servicio Público de Empleo ya prepara la respuesta. Pero de la lectura de las bases se puede extraer que quien tiene la responsabilidad de comunicar los cambios es el beneficiario. En enero, cuando pidió la ayuda no tenía ingresos, pero sí los tuvo en febrero y no informó de ello.

Por su parte, Juventudes Socialistas, que ya había pedido su dimisión,  ha ido más allá. Acusan a la concejala de intentar engañar a la Administración. Firmó una declaración en la que juraba no percibir más del 75 del salario mínimo interprofesional, requisito imprescindible para recibir la ayuda cuando el año pasado cobró 15.000 euros.

Desde el Ayuntamiento, mientras, creen que es un asunto que no les compete.

Guzón ya estuvo envuelta en otra polémica el pasado verano. El Ayuntamiento autorizó la instalación de puestos de yogures a su novio, entonces vinculado a Nuevas Generaciones, en lo que desde algunos sectores se calificó como un trato de favor.