El gerente del Hospital de Soria, Enrique Delgado, considera que "lo peor ha pasado, pero ahora nos encontramos en una fase de temor, sigue habiendo contagios y fallecidos".

Soria ha sido una de las plazas más complicadas de la comunidad en la crisis del Coronavirus: "Prácticamente en una semana tuvimos que transformar nuestros dos hospitales para atender el COVID y ahora poco a poco estamos haciendo el camino inverso, pero con muchas precauciones. Tenemos que seguir atendiendo a los enfermos, con plantas preparadas para un rebrote y seguir atendiendo otras enfermedades", asegura.

Delgado no precisa exactamente donde surgió el foco de la enfermedad, aunque sospecha que "probablemente a finales de febrero ya había algún paciente contagiado".

Por otro lado destaca el vuelco que le ha dado el confinamiento a las cifras: "Cuando empezamos a quedarnos en casa, a los 15 días comenzaron a bajar los ingresos de forma espectacular". El panorama ahora, al menos les deja respirar. "Tenemos menos presión asistencial, se puede trabajar de otra manera, enfermos hay menos".

Sobre la situación actual "tenemos mucho miedo a la desescalada, pero hay que hacerlo, no podemos pasarnos la vida eternamente confinados. Hemos cortado la transmisión y ahora tenemos que aprender a la detección precoz y a tener responsabilidad individual".

Para que esto no se vuelva a repetir en el futuro entiende que "lo primero que hay que cambiar es la mentalidad. Se nos había olvidado la importancia de las pandemias, la última fue en 1918 y no pensamos que fuera a ocurrir otra vez." Luego le pide a las adminitraciones "mucho trabajo en atención primaria. Es la que está al lado del ciudadano, la más accesible."