CRÍTICA CINEMATOGRÁFICA

Chronicle

  • 'La película toca un tema abordado en abundancia: los poderes sobrenaturales, magos, vampiros, hombres-lobo y super héroes a borbotones'

José S. Isbert / rtvcyl.es

FICHA TÉCNICA

  • Película: Chronicle
  • Dirección: Josh Trank
  • Países: Reino Unido y USA
  • Año: 2012
  • Duración: 84 min
  • Género: Ciencia-ficción, fantástico, drama
  • Interpretación: Dane DeHaan (Andrew), Michael B. Jordan (Steve), Alex Russell (Matt), Michael Kelly (Richard), Ashley Hinshaw (Casey), Anna Wood (Monica). Guión: Max Landis; basado en un argumento de Max Landis y Josh Trank
  • Producción: John Davis y Adam Schroeder
  • Fotografía: Matthew Jensen
  • Montaje: Elliot Greenberg
  • Diseño de producción: Stephen Altman
  • Vestuario: Dianna Cilliers
  • Distribuidora: Hispano Foxfilm
  • Estreno en Reino Unido: 1 Febrero 2012
  • Estreno en España: 2 Marzo 2012
  • Calificación por edades: No recomendada para menores de 16 años.

SINOPSIS

'Chronicle', dirigida por Josh Trank, nos cuenta la historia de tres adolescentes que, tras entrar en contacto con una misteriosa sustancia en el bosque, comienzan a desarrollar extraordinarios poderes. Los jóvenes trabajan de forma conjunta para perfeccionar sus nuevas habilidades, si bien todo se complica cuando sus problemas personales y familiares provocan disputas entre ellos.

La CRÍTICA

'La película toca un tema abordado en abundancia en la literatura y en el cine, en particular en los últimos años, poniéndolo muy de moda: los poderes sobrenaturales, magos, vampiros, hombres-lobo y super héroes a borbotones. Sin embargo, el enfoque de 'Chronicle' es original, explorando consecuencias que no siempre se suponen.'

Confieso que, tras las primeras imágenes, estuve a punto de pasar a otra cosa. El empleo de la cámara al hombro agota, dando además al resultado cierto aire 'amateur' que no se espera cuando se ha pagado una entrada. Pero la historia engancha, y Josh Trank consigue una metamorfosis que pocos osaron antes; el espectador se transforma en la cámara que flota, y contemplará las imágenes con un ángulo peculiar que agrada.

El tema principal no es el que se vislumbra, pues los poderes adquiridos de forma fortuita son solamente un hilo conductor que nos llevará a otras fuentes: el malestar de los adolescentes, los problemas familiares a causa del alcohol o de la enfermedad y, en particular, la evolución de las relaciones entre tres personas.

No hay buenos y malos, sino víctimas de la sociedad y de sus avatares, léase por poderes imposibles o por un vaso de vino en exceso. La debilidad de Andrew se transformará en fortaleza que no sabrá controlar, convirtiéndole en la viva imagen de ese padre detestado.

¿Quién no ha soñado en volar en algún momento sin la ayuda de una escoba? El pobre Harry Potter y sus amigos quedan relegados a reliquias ancestrales aunque sus escobas lleven turbo. ¿O desplazar objetos, de ser un mago de veras, o de vengarse de los que nos dan la paliza con una lección de las que no se olvidan?

En su primera prestación, Josh Trank consigue dar la medida. El guión que le acompaña, obra de Max Landis y al que felicito, nos narra una historia con todos sus ingredientes, emociones, evolución de las psicologías y un desenlace coherente hasta con un matiz de poesía. Dos veces bravo al chiquillo. Es el hijo de John Landis, realizador de "Un hombre lobo americano en Londres" y del videoclip de Michael Jackson "Thriller". Osea, que los perros no hacen gatos…

Los efectos especiales son irreprochables, dosados con esmero y ofrecidos con justeza. La interpretación de los tres casi post adolescentes es adecuada, sobria y generosa. Dane DeHaan da vida a un Andrew torturado, matizando sus sentimientos a medida que le abruman. Sus compañeros Michael B. Jordan (Steve), Alex Russell (Matt) convencen. Están naturales y trabajan con frescura. El elenco en general merecerá un buen aplauso.

La fotografía es, a mis ojos, la mayor dificultad de la historia. Es una apuesta compleja, que Matthew Jensen resuelve con talento y eficacia. Pasa de la cámara al hombro a planos generales o concretos casi sin que nos demos cuenta, sumergiéndonos en un ambiente hasta surrealista. Otro acierto y bravo.

El resultado agrada tanto como nos sorprende. Promete este chico, os lo aseguro...

He dicho.